Novedosa investigación en Acuicultura destacó a chilena como una de las más innovadoras del país.

Lunes 30 de Diciembre de 2013

Claudia Ibacache de 27 años, trabaja en un proyecto sobre moléculas biosurfactantes que pueden sustituir a los antibióticos usados en acuicultura.

Cinco emprendedores e investigadores chilenos menores de 35 años están decididos a cambiar el mundo gracias a la aplicación práctica de sus conocimientos y destrezas a los grandes problemas de la sociedad. Estos jóvenes talentos, integrantes de la lista de MIT Technology Review Innovadores menores de 35 en Chile, son una muestra de cómo está evolucionando la tecnología a nivel global, y también, de cómo la vocación transformadora de las personas está ayudando a mejorar el presente y puede marcar el futuro.

Es por ello que la edición en español de la revista de tecnologías emergentes del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha llevado esta competición por primera vez a Chile, para reconocer la osadía y el ingenio del que hacen gala los jóvenes de este país y reconcer a un grupo de ellos cuyas edades oscilan, en esta ocasión, entre los 27 y los 34 años.

En su primera edición chilena, los galardones reconocen a cinco científicos y emprendedores que destacan por su brillantez y su ambición por generar impactos gloables.

La acuicultura ha sido una de las actividades económicas de mayor crecimiento durante las últimas décadas, debido al aumento de la demanda alimenticia a nivel mundial. Concretamente en Chile, la exportación de pescado es la tercera industria más importante. Sin embargo, la principal amenaza de este sector son las enfermedades, que generan grandes pérdidas, y el abuso de antibióticos para atajarlas, que producen graves problemas en el ecosistema y pueden tener efectos perjudiciales en la salud humana.

Claudia Ibacache ha desarrollado una innovadora alternativa a los antibióticos usados en acuicultura, que consiste en unas moléculas biosurfactantes que son inocuas para el entorno y están ya en proceso de patente internacional. Para transferir esta nueva tecnología del laboratorio al mercado, esta emprendedora de 27 años, fundó en 2013 junto a sus socios la empresa MicroMarine Biotech.

Fácilmente incorporable en procesos productivos industriales, está tecnología se podría aplicar también a otras áreas, por ejemplo, a dispositivos médicos como los catéteres urinarios donde serviría para evitar infecciones que causan miles de muertes a nivel mundial.

Fuente: http://www.redciencia.net/