Biotecnología en la granja.

Jueves 15 de Diciembre de 2016

La FAO define a la biotecnología como “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”. Esta tecnología busca poder producir más con los mismos recursos. 

Actualmente los productores están muy preocupados con el cambio climático, ya que no sigue patrones regulares por lo que los niveles de producción de las cosechas son cada vez más variables. En este sentido, la biotecnología busca favorecer la adaptación y la resistencia de las especies, que sean capaces de desarrollarse aun cuando las condiciones idóneas para su crecimiento no se dan. Y si hablamos de seguridad alimentaria en un mundo que cada vez tiene más bocas que alimentar y cuya sostenibilidad se ve permanentemente amenazada por la necesidad de producir más, ¿podría la biotecnología asegurar un uso equilibrado e inocuo de los recursos?

Andrea Sonnino, Jefe de la Unidad de Investigación y Extensión de la FAO, asegura que la biotecnología “ha contribuido muchísimo a la seguridad alimentaria con resultados importantísimos y va a contribuir mucho más en el futuro. Puede contribuir al manejo del ganado, la transformación y procesamiento de los productos agrícolas en alimentos. Ha habido grandes logros, como la erradicación de la Peste Bovina, que ha liberado a millones de personas de una pesadilla increíble que ha causado millones de pérdidas en todo el mundo.”

Con el foco puesto en la seguridad alimentaria y el cambio climático, lo cierto es que el impacto potencial de la tecnología biológica en la región de América Latina y el Caribe excede lo meramente productivo, y entra de lleno en el terreno de lo social. Alexandre Bota Arqué, de la Universidad de Chile, publicada en 2003: “el desarrollo de la biotecnología en el continente se convierte en una piedra de toque de la democracia para los estados latinoamericanos. La biotecnología afecta a toda la sociedad y no puede ser evaluada sólo desde una óptica tecnocientífica. También afecta a la simbolización de los organismos vivos, al modelo de desarrollo y a las relaciones de dependencia. Como intentamos decirlo: soluciona problemas y genera nuevas interrogantes. Por ello es necesario generar nuevos espacios donde se pueda avanzar en la simbolización, la participación, la discusión y la asunción de riesgos, ya que no existe una tecnología con riesgo cero y no se puede limitar su evaluación a criterios tecnocientíficos.”

Fuente: FAO