Aumentan emprendimientos y proyectos biotecnológicos en Chile; beneficio para la Industria Alimentaria

Jueves 05 de Septiembre de 2013
El desarrollo de esta industria iría en directo beneficio de las exportaciones agrícolas, mineras y forestales.

Desarrollo de esta industria impactaría positivamente las exportaciones agrícolas, mineras y forestales.

Desde 2005 a la fecha, InnovaChile de Corfo ha apoyado 510 proyectos biotecnológicos, con un aporte aproximado de US$ 200 millones. De esos emprendimientos, prácticamente la mitad (40%) se forjó sólo en los dos últimos años.

A ello se suma el interés de universidades como la de Los Andes -que ha apalancado recursos públicos y privados por US$ 18 millones en una cartera de 20 proyectos-, fondos de capital de riesgo, y la llegada de centros de excelencia extranjeros, como el Fraunhofer, entidad alemana especializada en esta disciplina.

Junto con esta realidad, los expertos se han percatado que nuestro país cuenta con condiciones naturales y geográficas favorables para el desarrollo de los llamados bionegocios.

“Chile presenta una enorme cantidad de microorganismos que se han adaptado a condiciones extremas. Por lo tanto, sus sistemas internos pueden ser replicados y utilizados para hacer crecer plantas en lugares inhóspitos, por ejemplo, o para solucionar problemas de agua en el norte. Es decir, tenemos una fuente material natural para el desarrollo de biotecnología en el país”, comenta Alejandro Poli, gerente de Genoma Mayor, de la Universidad Mayor.

Según cifras del Ministerio de Economía, actualmente existe un total de 198 entidades biotecnológicas entre empresas extranjeras, nacionales, consorcios tecnológicos, centros de I+D, grupos de investigación, asociaciones gremiales y otros.

“En los últimos cinco años ha habido un importante avance no sólo en la cantidad de emprendimientos biotecnológicos en el país sino también, en la calidad de ellos”, detalla el presidente de la Asociación Chilena de Biotecnología (Asembio), Felipe Camposano.

“Si Chile logra ´subirse al carro´ de los que están a la vanguardia en biotecnología, esta área puede tener un impacto muy grande”, sostiene Horacio Melo, director ejecutivo de Start-Up Chile, programa de Corfo que en sus ocho versiones ha seleccionado a 51 proyectos relativos a salud y biotecnología.

El aporte privado


El sector público, sin embargo, no es el único que está impulsando este carro.

“Estamos viendo resultados de un importante esfuerzo público-privado que hubo hace seis o siete años en temas de investigación, que hoy se está transformando en nuevas empresas”, asevera Camposano.

Aurus Ventures, uno de los pocos fondos de capital de riesgo que ha apostado por este rubro, cuenta con US$ 32 millones para apoyar emprendimientos biotecnológicos, de los cuales ya ha materializado el 60% en nueve proyectos. Alex Seelenberger, Managing Partner de Aurus, comenta que de acuerdo a estadísticas de la industria, este tipo de empresa tarda entre siete y nueve años en generar retornos.

“Si nos ceñimos a estas cifras, todavía nos faltan algunos años para ver frutos de nuestros aportantes. Sin embargo, esto no quita que haya empresas que estén funcionando bien y que hemos visto avances importantes en algunas de ellas”, sostiene.

Desafíos de la industria


Según Juan Manuel Santa Cruz, jefe de la División de Innovación de la Subsecretaría de Economía, la biotecnología en Chile es un área “con altas capacidades técnicas y científicas, orientada principalmente a la elaboración de kit de diagnósticos, bio insumos y mejoramiento genético, que cuenta con todos los instrumentos para desarrollar una industria”.

No obstante, Camposano observa que falta generar un vínculo con firmas biotecnólogicas nacionales y extranjeras para que los bioemprendedores potencien sus proyectos, llegando a mercados como California o Boston, donde existe tradición de bionegocios. O bien, facilitando que estas empresas se instalen en Chile.

Para Camposano, el desarrollo de esta industria iría en directo beneficio de las exportaciones agrícolas, mineras y forestales.

Fuente: DIARIO LA NACIÓN